¡Defender los derechos de las personas trabajadoras no puede ser un delito! ¡Ni un paso atrás en Gijón!

Como ya hemos informado antes (https://www.iclcit.org/es/aceite-solidario-para-cnt-gijon/), compañeros y compañeras de CNT de Gijón (Asturies, norte de España) se enfrentaban a un juicio en el que se cuestionaba la mera posibilidad de defender los derechos de las personas trabajadoras. Pues bien, ya se ha recibido la sentencia en primera instancia.

Esta es peor aún de lo que ya se temía. Impone penas de cárcel de tres años y medio, salvo para uno de los acusados, y una indemnización que supera la solicitada por el ministerio fiscal, algo no muy frecuente, y que alcanza la friolera de 125.428,1 euros.

Los servicios jurídicos de CNT están trabajando, desde el mismo día de la notificación, en el recurso de apelación que pueda corregir la inaudita severidad de esta sentencia.

Aunque el momento del análisis “lo dejamos para más tarde, así como las implicaciones y extrañas coincidencias”, simplemente cabe recordar que el querellante ha pretendido a lo largo de todo el procedimiento que el conflicto sindical le había sumido en una crisis económica que le obligó a presentar un concurso de acreedores. Sin embargo, eso no le ha impedido contar con un equipo de prestigiosos abogados cuyos servicios son extremadamente caros.

Igualmente, dentro de la cuantiosísima indemnización impuesta se incluye una partida por la pérdida de una vivienda que, al menos, al momento de la vista del juicio, seguía a nombre de los querellantes… y ello por no hablar de la sucesión de informes periciales contradictorios que, sin embargo, parecen no haber despertado duda alguna, pese a que en la última sesión del juicio se pusiera de manifiesto por las defensas la inconsistencia de las cifras reclamadas. Es importante subrayar, finalmente, que, a lo largo de los meses, que no llegaron a cinco, en los que se desarrolló la acción sindical, en ningún momento hubo deterioro de bien alguno; no se impidió la circulación de la clientela y pese a la presencia policial, llamada por los dueños de la pastelería, ésta nunca se vio obligada a intervenir…

Entendemos que este caso, en el que la sentencia es un paso más, nos encontramos ante “la criminalización del ejercicio más básico de la acción sindical”, subraya CNT: es un ataque frontal contra todas las trabajadoras y el sindicalismo en general, “hoy hemos sido nosotras, pero mañana puede ser cualquiera”.

Es tiempo de reflexionar, de seguir trabajando en nuestro modo de entender el sindicalismo, pegado siempre a la calle y a los problemas reales y de preparar los mejores recursos posibles no olvidando que nada, absolutamente nada, nos va a apartar de nuestra acción en defensa de los derechos de la clase trabajadora: ¡ni un paso atrás!

Hacer sindicalismo no puede ser un delito

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