CNT, por el Internacionalismo Anarcosindicalista, contra la guerra en Palestina

Paremos el genocidio en Palestina

26 de Enero de 2024, Secretaría de Exteriores, CNT

Los sindicatos de clase, organizaciones anarcosindicalistas de trabajadores y trabajadoras somos testigos de acontecimientos trágicos para el pueblo palestino, que tras sufrir décadas de ocupación, apartheid e injusticia perpetradas por los gobiernos sionistas israelíes y su ejército, sufre desde el 7 de octubre del 2024 crímenes de guerra, bombardeos indiscriminados contra la población civil, hospitales, escuelas… cortes de suministros de electricidad, agua, combustible, medicinas, alimentos, bloqueo de ayuda humanitaria,… Incluso cuando obedecen y se desplazan hacia el sur, han sido bombardeados.

En su raíz, está el contexto histórico de este conflicto con la formación del estado de Israel y su constante dinámica expansiva, ocupando territorios donde estaban viviendo personas palestinas, beduinas o drusas. Esa dinámica convierte en refugiados a sus propios habitantes. Para lograr eso, el Estado de Israel vulnera los derechos humanos y sociales de estas personas y no ha dudado en emplear, tanto recursos militares, como policiales, discriminatorios, económicos, etc, .. Hasta tal punto en que ya Naciones Unidas identifica como genocidio lo que allí ocurre. Hace años, Amnistía Internacional viene calificando de appartheid la política del estado con relación a estas personas.

Hasta tal punto llega el consenso sobre esta cuestión, que el Estado de Israel que, frecuentemente boicotea los tribunales internacionales o las investigaciones de la ONU, cuando trataba de lavar su imagen, ha recibido argumentos ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ), por parte de abogados sudafricanos que afirmaron que la actual guerra en Gaza es parte de décadas de opresión israelí hacia las y los palestinos.

El hecho de que esta audiencia durara dos días significa que se considera un caso histórico, uno de los más importantes que se escucha en un tribunal internacional.

Sudáfrica pedía órdenes cautelares vinculantes para obligar a Israel a detener su campaña militar en Gaza, en la que han muerto más de 26.000 personas palestinas. No ha conseguido el alto al fuego. Israel culpa a Hamás de las 1200 víctimas israelíes, pero Hamás no es el pueblo palestino, ni su persecución justifica un genocidio. La historia reciente ha oído muchas veces ese argumento, éticamente inaceptable.

Que sea precisamente Sudáfrica[1] quien presente pruebas de que Israel cometió genocidio intencionalmente, tiene una carga moral adicional: El partido gobernante en Sudáfrica, el Congreso Nacional Africano, compara desde hace tiempo la estrategia israelí en Gaza y Cisjordania con su propia historia durante el régimen del appartheid impuesto por la minoría blanca, que restringía a la mayoría de la población negra a zonas concretas hasta su final en 1994.

Por supuesto, el primer ministro israelí, Netanyahu, defendía las acciones de su ejército, contradiciendo la realidad, dijo: “Israel combate a terroristas de Hamás, no a la población palestina, y lo hacemos en pleno cumplimiento del derecho internacional”. Por un lado, piensa que somos estúpidos y que no vemos lo que pasa y, por otro lado, este proceso durará años y probablemente no quede nadie vivo para contarlo.

No nos dice nada la palabra terrorismo. Hamás es una organización reaccionaria y fundamentalista, y la acción militar del 7 de octubre, con el exterminio bárbaro de cientos de civiles, es digna de su naturaleza. Sin embargo, somos muy conscientes de que la responsabilidad de la tensión constante en esos territorios recae en las políticas fascistas, racistas y fanáticas del Gobierno israelí, que practica a diario un régimen de apartheid. Todos los días la población palestina es sometida a acciones arbitrarias, violencia, expropiación de tierras, hostigamiento en todo el mundo.

La consecuencia intencionada de esta situación es el progresivo fortalecimiento del fanatismo político y religioso, como Hamás u otras organizaciones similares, portadoras de una cultura oscurantista que combatimos. Es bien sabido que el Estado de Israel ha fomentado el crecimiento de Hamás, precisamente, para tener un excelente pretexto para su sangrienta política de expansión colonial.

Por eso es absolutamente intolerable la hipocresía criminal de nuestras instituciones y de los partidos que las componen: Los estados utilizan la palabra terrorismo, según conviene, para justificar guerras abiertas o subterráneas contra opciones que no comparten, como actualmente está sucediendo con el activismo ecologista.

Hay que mencionar la complicidad hipócrita de esa prensa servil y acrítica, que pierde toda credibilidad y dignidad si niega la total asimetría de este conflicto y no dicen que nació de las opciones políticas del actual gobierno israelí. Saludamos la valentía de los trabajadores de la prensa que intentan hacer su trabajo y mueren o son deportados a manos del ejército, para impedir que den testimonio.

Por todo ello, no cabe más que una posición, la única posición humana posible:

– El anarcosindicalismo, que rechaza ejércitos y estados, denuncia un método de limpieza étnica, un apartheid antipalestino ininterrumpido, reconocido y repudiado por amplios sectores judíos y académicos, por Amnistía Internacional, Human Rights Watch y los últimos informes de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU.

–  Pongamos fin al appartheid y el genocidio contra la población palestina. Sin justicia no puede haber paz.

– Pedimos un alto el fuego, el restablecimiento de los servicios básicos y de la ayuda humanitaria.

– Llamamos a las organizaciones sindicales y sociales a escuchar los argumentos de campañas tipo BDS (Boicot, Desinversión y Sanciones) como medio para impulsar cambios positivos en la región.

– Exigimos a los gobiernos de todo el mundo que detengan su colaboración militar con esta masacre, pero no creemos la solución sea otro estado.

– La lucha de la clase trabajadora en Palestina requiere solidaridad global, adoptemos una posición de solidaridad activa, contra el appartheid, la limpieza étnica, la violación de los derechos humanos y los crímenes de guerra que se están cometiendo impunemente.

– Por nuestra parte apoyaremos las movilizaciones unitarias en cada área del mundo.


1 19_1_24: Francesca Albanese, relatora especial de las Naciones Unidas sobre la situación de los derechos humanos en el territorio palestino ocupado, consideró que los violentos bombardeos de la entidad ocupante de la Franja de Gaza, que provocaron la arrasación de barrios y la matanza de miles de palestinos, son una violación del derecho internacional. Dijo en Madrid, que “Israel ha hecho una serie de cosas que son en gran medida ilegales: Debe respetarse el derecho internacional humanitario para proteger a las personas que no participan en el combate, a los civiles, a los prisioneros de guerra, a los enfermos y a los heridos. Esto significa distinguir entre combatientes y civiles y garantizar que los ataques militares sean proporcionados para evitar daños excesivos a los civiles”.  (…) En las dos primeras semanas, se utilizaron seis mil bombas por semana, cada una de las cuales pesaba dos mil libras (alrededor de una tonelada), en muy poco tiempo, en zonas concurridas. (…) La mayoría de los hospitales han sido inutilizados. Un gran número de ellos, los hospitales principales, han sido cerrados, bombardeados o tomados por el ejército (ocupante). Ahora la gente está muriendo no sólo a causa de las bombas sino porque no hay suficientes infraestructura de salud para tratar sus heridas. (…) Es impactante el número de niños cuyos miembros son amputados cada día, uno o dos miembros. Durante los primeros dos meses de esta (guerra), a mil niños les amputaron sus miembros sin anestesia. Es horrible. (…) Nada justifica lo que Israel está haciendo, afirmó Albanese.
Los relatores especiales no son empleados de las Naciones Unidas, sino expertos independientes designados por la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.

“Los genocidios nunca se declaran por adelantado, pero este tribunal tiene el beneficio de las últimas 13 semanas de evidencia que muestra de manera incontrovertible un patrón de conducta e intención relacionada que justifica como una afirmación plausible de actos genocidas”, dijo a los jueces la abogada sudafricana Adila Hassim en la sala repleta del Palacio de la Paz en La Haya, Holanda.

“La magnitud de la destrucción en Gaza, los ataques contra hogares familiares y civiles, el hecho de que la guerra sea contra los niños, dejan claro que la intención genocida se entiende y se ha puesto en práctica. La intención articulada es la destrucción de la vida palestina”, dijo el abogado Tembeka Ngcukaitobi. “¿Qué Estado admitiría una intención genocida? Sin embargo, la característica distintiva de este caso no ha sido el silencio como tal, sino la reiteración y repetición del discurso genocida en todas las esferas del Estado de Israel”, dijo.

 

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