Observamos con consternación y enojo cómo se intensifican las masacres en Palestina, siendo los civiles las primeras víctimas. En el momento de redactar este informe ya hay 20.000 víctimas, pero esta cifra seguramente aumentará.
Hamás es una organización reaccionaria y fundamentalista y la acción militar del 7 de octubre, con el bárbaro exterminio de cientos de civiles, es digna de su naturaleza. Pero somos muy conscientes de que la responsabilidad de la tensión actual en esos territorios recae en la política fascista, racista y fanática del gobierno israelí, que practica un régimen de apartheid a diario. Cada día la población palestina es sometida a acciones arbitrarias, violencia, expropiación de tierras, acoso de todo tipo por parte del gobierno israelí, como si fuera normal, en el silencio del mundo. En Gaza, la gente vive como en una prisión al aire libre sobre la que el ejército israelí descarga periódicamente bombas desde hace 16 años, arrasa casas y masacra a miles de personas, entre ellas muchos niños, considerando que la población de esa franja de tierra Está compuesto por un 40% de menores.
La consecuencia prevista de esta situación es el fortalecimiento gradual del fanatismo político y religioso, como Hamás u otras organizaciones similares, portadores de una cultura oscurantista que combatimos. Es bien sabido que el Estado de Israel ha favorecido el crecimiento de Hamás precisamente para tener un excelente pretexto para su sanguinaria política de expansión colonial.
Precisamente por eso la hipocresía criminal de nuestras instituciones y de sus partidos constituyentes, que hacen un coro ensordecedor a favor del gobierno israelí, sacando a relucir cuestiones como el derecho -legítimo- de Israel a existir, que hoy no está en duda (mientras el propio -determinación del pueblo palestino evidentemente lo es), y evitar adoptar la única posición humana posible, es absolutamente insoportable:
el fin del apartheid y del genocidio contra la población palestina.
También es cómplice de esta hipocresía la prensa servil y acrítica, que pierde toda credibilidad y dignidad, con su información unilateral, que de hecho niega la asimetría total de este conflicto y no menciona que surgió de las opciones políticas del actual gobierno israelí.
Sin justicia no puede haber paz.
Pedimos un alto el fuego, el restablecimiento de las necesidades básicas y los servicios de salud.
Movilicémonos para detener la intolerable masacre de civiles que está teniendo lugar en Gaza en estas horas.
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