Compañeros, compañeras, trabajadoras y trabajadores de todo el mundo:
La Confederación Internacional del Trabajo condena en los términos más enérgicos posibles al régimen de apartheid israelí, por su continua campaña de genocidio en Gaza, su brutalidad constante en toda Palestina y su agresión militar contra sus vecinos de Yemen, Irán, Siria y Líbano.
En CIT nos alegramos del alto el fuego, pero creemos que tales acuerdos son, en el mejor de los casos, medidas a medio gas, carentes de sentido mientras Israel siga invadiendo territorio palestino. La verdadera paz solo se logrará cuando el pueblo de Israel reconozca al de Palestina como seres humanos, conciudadanos y conciudadanas en una sociedad única y laica.
El régimen colonialista israelí ha ignorado sistemáticamente el derecho internacional, sus obligaciones morales y éticas de tratar a todas las personas con dignidad y respeto, y las claras exigencias de la abrumadora mayoría de la población mundial —independientemente de su religión o etnia— de que cese la violación de la libertad y la soberanía del pueblo palestino. En CIT no podemos permanecer en silencio ante esta injusticia, y nos unimos a nuestros hermanos y hermanas de clase trabajadora para dejar clara nuestra posición.
Como siempre, la clase obrera del mundo proporciona la mano de obra necesaria para que continúe este genocidio. Hacemos un llamamiento a todos los trabajadores, a todas las trabajadoras y a sus sindicatos para que sigan el ejemplo de nuestros compañeros y nuestras compañeras del sector del transporte marítimo y se nieguen a fabricar armas de guerra destinadas a Israel, así como a transportar materias primas o armas terminadas, compradas por el régimen israelí o por organizaciones israelíes. Nosotros y nosotras, la clase obrera internacional, tenemos el poder de organizarnos para detener estas atrocidades, y cada vez somos más conscientes de ello. La clase obrera de todo el mundo, incluso en Israel, está llegando a su límite y empezando a dejar de participar en una economía culpable de genocidio.
Desde CIT apoyamos firmemente al pueblo palestino en su resistencia y autodefensa: estáis actuando para proteger a vuestras comunidades, a vuestros vecinos y vecinas, a vuestras familias y a vosotros mismos y vosotras mismas de la indignidad, el hambre y el olvido. Sabemos que gracias a vuestros actos de resistencia cotidiana, incluyendo el contacto con el mundo exterior a través del arte, la cultura y la documentación de vuestras vidas, el futuro verá una sociedad vibrante, libre y justa que acogerá a personas de todas las etnias y religiones en toda Palestina. Esto es lo que queremos expresar cuando decimos que, desde el río hasta el mar, Palestina será libre.
También apoyamos a los ciudadanos y a las ciudadanas israelíes con principios que se niegan a ser parte de las fuerzas de ocupación o que toman la valiente decisión de desertar. Sabed que contáis con la solidaridad y la gratitud de miles de millones de trabajadores y trabajadoras, y ninguna amenaza o castigo que os imponga el régimen podrá borrar eso. El movimiento refusenik fue esencial durante la Segunda Intifada y su valentía al desertar es una presión vital para poner fin al genocidio.
Agradecemos a las personas de todo el mundo que no se callan y que muestran su indignación por el daño continuo del que es responsable el régimen israelí. Apoyamos a quienes han participado en las manifestaciones, ciudadanos y ciudadanas, trabajadores y trabajadoras, que forman parte de la desobediencia civil para garantizar que el régimen y todos los gobiernos del mundo que actúan como sus cómplices sepan que responderán por lo que han hecho y lo que siguen haciendo. La acción colectiva de millones de personas en todo el mundo está garantizando que esto suceda hoy. Una voluntad popular como esta no puede ser silenciada. Pedimos a la gente que siga luchando para ser escuchada hasta que no pueda ser ignorada.
Apoyamos a las personas de todo el mundo que se organizan para ayudar al pueblo palestino más allá de las fronteras nacionales. Movimientos como la histórica Flotilla Global Sumud y el Boicot, Desinversión y Sanciones son pasos audaces de la clase trabajadora mundial para garantizar que se haga justicia en Palestina y en la economía mundial. Animamos a todas las personas, organizaciones y gobiernos del mundo a que hagan lo que les corresponde para apoyar estos esfuerzos.
La Confederación Internacional del Trabajo hacemos un llamamiento a la clase trabajadora del mundo para que utilice su poder para detener la maquinaria bélica israelí. Cada segundo es otra palabra escrita en la historia: ahora es el momento de decidir qué se escribirá sobre ti. Si decides defender la dignidad y la justicia para toda la humanidad, estaremos encantados de llamarte compañera. Pero si tus intereses residen en la injusticia y la opresión, ten por seguro que la clase obrera internacional trabajará sin descanso para liberar a todos los pueblos del mundo del daño que estás causando, por una sencilla razón:
¡una ofensa contra uno es una ofensa contra todos!
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